¿Por qué algunas personas disfrutan del miedo?

mujer sofá película de terror asustada

Hay dos tipos de miedo: el tipo por el que ninguna persona cuerda pagaría y el tipo por el que se alinean millones de personas.





El primero proviene de amenazas reales. Imagina que alguien te ataca en la calle o que un auto casi te atropella. Experimentarías una descarga de adrenalina por la respuesta de lucha o huida, una especie de euforia. Este sentimiento es placentero para algunas personas, pero nadie puede saborearlo cuando cree que su vida está en peligro.

Luego está el tipo de miedo por el que la gente paga: emociones que te asustan sin presentar ninguna amenaza física. Piense en casas encantadas, películas de terror, montañas rusas y videojuegos de miedo. Estos horrores proporcionan un entorno controlado donde las personas pueden disfrutar de la misma descarga de adrenalina y subidón que proviene de las amenazas reales.





A algunas personas les encantan estas emociones, mientras que otras se burlan de la idea de pagar un buen dinero por algo que podría provocarles pesadillas durante días. Sin embargo, no se trata solo de personalidad y preferencia. Las personas que hacen fila para asustarse pueden tener una química cerebral diferente, según una investigación de la Universidad de Vanderbilt.

Cuando experimentamos situaciones aterradoras o emocionantes, nuestro cerebro libera dopamina, una sustancia química que puede actuar como recompensa. Algunas personas se benefician más de este lanzamiento que otras, dijo la socióloga Margee Kerr a The Atlantic. Sienten más placer porque su cerebro mantiene la sustancia química alrededor de la tumbona.



Para estas personas, vale la pena pagar por lo alto. Lo que creen que es solo una preferencia o un rasgo de personalidad también puede ser un privilegio neurológico. Es algo por lo que pueden estar agradecidos, especialmente en Halloween.